Emma era tan rápida escribiendo que sus respuestas no tardaban mucho en aparecer en la pantalla de su corresponsal.
“Querido William,
Tengo que confesarte algo con cierta tristeza. Mi mejor amiga decidió acompañarnos en nuestra primera cita en el restaurante Le Petit Nice. Lamento mucho que esto altere nuestros planes originales y comprendería perfectamente si te molesta. Quiero que sepas que fue una decisión independiente de mi parte y que puedo entender si prefieres posponer nuestro encuentro. Te pido disculpas sinceramente por esta situación inesperada y espero que no nos arruine la velada.
William, al leer las últimas frases, comenzó a reír suave y silenciosamente.
Querida Emma, entiendo perfectamente la situación y acepto que tu mejor amiga nos acompañe en nuestra primera cita. No quiero que te sientas incómoda ni limitada. Lo importante para mí es pasar tiempo contigo y disfrutar de nuestra velada juntos, pasen las circunstancias. Estoy abierta a la idea y estoy segura de que lo