"¿Sera?" Kit saludó, con voz gruesa y atontada. Y al instante me golpeó otra oleada de lujuria. Su voz me hizo algo, me sonrojó la cara e hizo que la sangre hinchara mi sexo.
Joder, eso me excitó. Todo lo que dijo fue mi nombre.
"O-oh. ¿Te he despertado?" pregunté. Maldito tartamudeo. Empeoraba cua