Dalila
Llevaba un par de días a tope con la pastelería.Aliss me estaba ayudando muchísimo y la verdad es que sin su ayuda todo hubiera sido mucho más difícil.
Quería hablar con ella sobre la posibilidad de llevar el local juntas o más bien llevarlo ella y buscarle a alguien que la ayudara pero no tenía conocimiento de los pensamientos que tenía mi amiga sobre quedarse a vivir en la manada permanentemente.Era obvio que Hans le encantaba y estaba segura que antes de que me diera cuenta llevaría la marca del moreno en su cuello pero no sabía si Aliss era consciente de lo que implicaba aquello.
—Oye,podemos hablar— le dije cuando terminé de recepcionar un pedido de un proveedor.
—Pensé que era lo que estábamos haciendo— se burló.
—Es un tema serio,pelirroja— le regañé
—Vaaale,me portaré bien— subió las palmas de sus manos en modo de rendición —Tú dirás,Lunita— le hacía gracia llamarme así desde que se enteró que no me gustaba el apodo.
—¿Cuáles son tus intenciones?— Aliss me miró sin ente