Tendremos un hijo

SILVANO.

—Tranquila, pequeña —acaricié la espalda de Karina, quien aún aferra mi camisa, sollozando como un bebé —estoy aquí, ¿no me ves? Ya no llores.

Nos encontramos en su habitación, ya que casi desmayó por alguna razón. O sí sé la razón, y es, obviamente, la impresión que le causó todo esto. Mi repentina aparición cuando todos pensaban que estaba muerto.

—Estás vivo...—sollozó —aún no lo puedo creer, ¿cómo es que tú...

—Primero, deja de llorar, no me gusta verte hacerlo —saqué un pañuelo y sequé esas lágrimas en sus delicadas mejillas —, cálmate primero, ¿de acuerdo?

—No me pidas eso cuando te tengo frente a mí —sus lágrimas volvieron a brotar y seguí secándolas —. Pensé que estabas muerto, vi cuando te estaban enterrando.

—No era yo, era otro cadáver —dije con calma, intentando que ella también se tranquilizara, pues está muy alterada y pálida —¿No me ves frente a ti? Soy yo, no morí como todos pensaban.

—No sabes lo que he sufrido todo este tiempo —me abrazó de nuevo, desahogand
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App