La obsesión del alfa
La obsesión del alfa
Por: Lala-Sula
Capítulo 1: Traicionada

El nerviosismo me invade al regresar a mi ciudad natal. Después de haber estudiado administración, regreso a mi preciada casa, para darme un buen baño y reunirme con mi prometido.

Aunque no me resulta emocionante regresar a casa, por mi madrastra viciosa, mi medio hermana igual de viciosa que su madre y mi sumiso padre. Sonrió, pensando que regreso a mi antigua casa donde mi madre y una cálida comida me recibe.

— Hemos llegado a su destino — me dice el taxista y yo le pago bajándome del auto con mis dos maletas.

Le había avisado a mi familia que regresaba hoy, pero, nadie me fue a recoger al aeropuerto. Por lo que, vine en taxi deseando que no me hayan recogido, porque mi padre o mi prometido me tuviera una sorpresa de bienvenida.

Sonriendo, entro a la propiedad de mi familia y con cuidado, abro la puerta. Lo primero que aparece frente a mí, es una oscura y fría casa. Por lo que, enciendo las luces, deseando que me griten: ´sorpresa´, pero, ni siquiera el heno que aparece en las películas en una calle solitaria, se presenta.

— No importa, no es que pasar siete años lejos de casa, sea algo demasiado importante para celebrar — susurro intentando darme ánimos, pero, eso me entristece más.

Suspiro profundo y subo las escaleras, tocando todo a mi paso, mientras los recuerdos de mis padres en casa, alejan el frío y hacen cálido mi corazón. Cuando llego al segundo piso, veo a una mini yo, corriendo mientras sus padres la siguen.

Ese recuerdo, hace que mi corazón duela y renuente a llorar, alejo mis pensamientos negando rápidamente, para después dirigirme hasta mi habitación, es allí cuando unos leves ruidos comienzan a escucharse.

Preocupada de que sea un ladrón, porque todo está solo, miro a mi alrededor y con rapidez, tomo mi bolso como mi única arma, mientras me acerco a la fuente del ruido. Al caminar más, me doy cuenta de que el ruido se escucha en mi habitación.

Por lo que, llevando mis manos al pomo de la puerta, abro la misma lista para golpear a quien sea que se atreva a entrar a mi habitación a robar. Sin embargo, lo que veo me deja sin ánimo de pelear.

— Por favor, se mas gentil, no puedo seguirte el ritmo. — susurra mi medio hermana bajo el cuerpo de quien se supone es mi novio y prometido.

— ¡¿Se puede saber que está pasando aquí?! — grito enojada.

— ¡Adhara, ¿Qué haces aquí?! — pregunta Emma y yo respiro profundo.

— Vaya que estamos conectadas, porque yo quería preguntarte lo mismo, ¿Qué haces en mi habitación y teniendo sexo con mi prometido? — pregunto enojada.

— Hermana, yo…

— ¿Cómo pueden los dos hacerme esto? Se supone que me amabas Blake, se supone que eso significa el anillo de compromiso que me diste en nuestro primer aniversario. Así que, ¿Por qué estas teniendo sexo con mi hermana?

— Hermana, lamento que lo supieras así, pero, Blake y yo nos amamos mucho. Espero que nos entiendas — dice Emma, envolviéndose en las sábanas y acercándose a mí al punto de tomar mi mano.

El enojo me invade al ver como con su mirada suplicante, cree que voy a perdonar una ofensa tan grande. Así que, con molestia, aparto su mano de la mía y la miro con enojo.

 —¿Qué lo entienda? ¡Yo he sido la traicionada por ambos y, ¿me pides que los entienda?! No entiendo cómo puedes tener la cara en su lugar, con lo descarada que has sido, deberías tenerla en el suelo, donde todos la pisoteen como has pisado mi confianza.

 —Adhara, deja de ser tan mala con tu hermana pequeña. ¿No te enseñaron a ser buena con tu hermana pequeña? — pregunta Blake abrazando a mi hermana con gentileza, mientras a mí me mira con enojo.

 —No, no supieron enseñarme eso, como tampoco enseñaron a mi hermana a no ser una zorra que se mete con el prometido de su hermana.

 —Cariño…

 —¡No te voy a permitir que trates a Emma así, si quieres descargar tu enojo, hazlo conmigo! Pero, que no se te olvide esto, es Emma y siempre la escogeré a ella.

 —Entonces, ¿Por qué me propusiste matrimonio?

 —Porque no sabía cuánto amaba a Emma, pero, cuando llegué aquí y la conocí, supe que me había equivocado y que la dueña de mi corazón era ella y no tú.

 —Que estúpida he sido al quererlos a ambos.

 —Adhara, por favor, no hagas esto grande.

 —No lo voy a hacer, ninguno de los dos me merece. Así que — digo controlando mi enojo y sonriéndoles — les doy mi bendición, son la pareja perfecta, un perro desleal con una perra que solo sabe arrastrarse a los juguetes del otro.

 —¡Adhara!

 —Los bendigo y que sean muy felices. ¡Larga felicidad a la pareja basura! — grito saliendo de la habitación y corriendo hacia la salida conteniendo las lágrimas en mis ojos. 

Rápidamente, corro y tomo un taxi ordenando ir al bar más costoso de la ciudad y bajando del auto, entro dispuesta a dejar a la ruina a mi familia.

 —Denme la botella más costosa ahora. — digo colocando sobre la barra la tarjeta de mi familia.

A los pocos minutos llega la botella y sin intención de ser delicada, tomo directamente de la botella, sintiendo mi garganta quemar, pero, no es suficiente dolor en comparación a mi corazón.

Las lágrimas brotan sin poder evitarlo y yo me limpio con brusquedad las mejillas para después con la botella en mi mano, caminar hasta la pista donde bailo, deseando ahogar mis penas con el alcohol y olvidar el recuerdo con la música.

El tiempo pasa y tres botellas del mejor ron, ya están mezclados con mis ácidos estomacales y podría jugar que con mi sangre. Sin embargo, aún no puedo olvidar lo que he vivido.

 —Malnacidos y yo que venía lista para entregarme a él. Menos mal no perdí algo tan valioso con algo que vale tan poco. — susurro indignada.  —¡Ah, como sea, ningún hombre vale tanto!

‘No, no debo pensar en él con dolor. Lo que debo hacer es vengarme. Dejar de ser la dócil Adhara y ser toda una chica rebelde que no se va a dejar pisotear de nadie y para eso, debo de deshacerme de la tonta Adhara, incluyendo su virginidad’ digo decidida y con ello en mente, salgo de la multitud, buscando mi objetivo.

Pero, mi vista borrosa lo complica todo y por ello, termino tambaleándome y chocando con alguien, que parece una pared de lo duro y alto que es.

 —Disculpe, ¿se encuentra bien? — pregunta una voz firme y muy varonil.

 —No estoy bien, necesito ayuda.

 —¿En qué podría ayudarla?

 —Tengamos sexo, ahora. — digo firme mientras los ojos verdes se ven doble, como el resto de sus facciones.

‘No veo bien, pero, lo que veo se ve bien. Así que, que sea con este que la antigua Adhara muera.’ me digo mentalmente

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