Cazador cazado
En el borde de un viejo claro, Kael agazapado entre la maleza, observaba la linde del bosque.
Allí, apenas visible bajo la luz de la luna, había un grabado con garras en el tronco de un árbol caído.
Era un mensaje.
Uno que solo él sabría leer.
"Te encontré."
Kael cerró los ojos un segundo, sintiendo una rabia tan densa que lo envolvía.
-No tan rápido… -Gruñó. - No los tendrás.
Sacó una daga de su cinturón. La hundió en la tierra, como una promesa de guerra. Luego se internó nuevamente en los árboles con pasos que no dejaban huellas.
El cazador había sido cazado.
Pero aún no estaba vencido.
Se preguntó cómo estarían Lía y los niños… sabía que Roan podía con la tarea y que daría la vida por los niños… aunque no le había explicado nada, él sabría con sólo verlos que eran sus cachorros.
Siguió moviéndose con el sigilo de quien conoce bien aquel terreno. Después de semanas rastreando señales y limpiando las zonas donde huían los traidores, finalmente sus pasos lo llevaron