Savannah Pérez Mi alarma suena implacable a la misma hora de siempre, el sol no ha salido del todo, siento como si hubiera corrido el maratón de mi vida, lo primero que hago es revisar mi toalla y no he manchado más, ya no me duele, solo siento como un cosquilleo leo. Me doy un baño con agua caliente, me tomo mi tiempo como siempre en colocarme loción en toda la extensión de mi piel, estás cosas ya estaban aquí cuando Burka me dio el departamento, todo huele delicioso y el perfume se mantiene todo el dia, además deja mi piel aterciopelda. Mi Cabello lo seco con el secador, no del todo, Pero lo suficiente para no refriarme al salir. Me coloco un jeans azul ajustado y una franela de algodón encima me coloco un suéter, de estoy dando un toque de maquillaje cuando llega un potente olor a tocino a mi habitación.Me coloco el brillo y salgo para ver de dónde viene ese olor, me consigo con Burka en la cocina, lo que me extraña aun más es verlo con la misma ropa de ayer.—Buenos días… — s
Burka Arslam Dejo a Savannah en el restaurante, no he dormido nada, no sé si aceptar el trato de Liébana, dos años es demasiado tiempo, en realidad no me veo con ella intentado una relación de nuevo, solo de pensar en tener sexo con ella una vez más, se me revuelve todo. Ella se ganó a pulso ese asco inmensurable, aún éramos jóvenes, y todo fue para el beneficio de nuestras familias y empresas, estaba claro, asi fuimos criados, sin sentimientos de por medio, solo negocios, seguir generando capital, que haya estados con otros hombres para mí no fue la gota que derramó el vaso, si no que haya abortado a mi primogénito. Lo oculto por un tiempo y siguio como si nada, cuando me enteré su defensa fue decir que era su vida, su cuerpo y aún no estaba preparada para tener un hijo, nuestras madres jamás hicieron gran trabajo, para eso le pagaron a señoras que se encargaron de nuestras crianzas, el aborto fue innecesario. Pero fue su decisión y la respeto, solo que ahora debe acarrear con la
Savannah Pérez Me entristecí un poco cuando Burka me anuncio el cambio de Andrew, Pero no le veía falla a su lógica, El había sido su chófer por muchos años, si alguien notaba que trabajaba para una chica y para el, atarian cabos y descubrirían que yo soy su amante, los paparazis no se pierden de una y el siendo un hombre adinerado está constantemente en el foco. Pero el que mi hermana esté por llegar, aunque tenga nuevo chófer, es aún más viejo que Andrew, Pero es muy amable, que mi hermana ya hay aterrizado, me tiene eufórica, la estoy esperando en el aeropuerto con un gran arreglo de globos y una pancarta, las personas me miran extraño, pero me da igual, tal vez no haya pasado mucho tiempo, Pero estás semanas han sido una auténtica montaña rusa de experiencias traumáticas y placenteras para mí. La veo a lo lejos y comienzo a brincar como niña pequeña, me río cuando ella hace lo mismo, sale corriendo hacia mi y nos fundimos en un abrazo — ¡Hermanita!—¡Hermanota! — le respondo yo
Savannah Pérez Trago y veo a mi hermana quien se queda viendo boquiabierta al hombre que acaba de llegar, el por lo contrario ve a mi hermana con sorpresa, aunque yo le había dicho, por lo visto se le olvidó. —Buenas tardes — saluda y se desabrocha la corbata, se la quita y la coloca en el mueble, mientras que mi ahora chófer, Tamar, coloca todo en la mesa de comedor. —Buenas tardes Sr Burka — el asiente al saludo respuesta de mi hermana y me hace señas para que vaya a la habitación, el camina hacia allá. —Ya vuelvo… — me levanto y lo sigo. —Hola — sonrío y cierro detrás de mi, se acerca y me da un beso en los labios. —Había olvidado por completo la visita de tu hermana, disculpa. —No te preocupes — me siento en la cama — ¿Qué es todo eso que trajiste? —Esta noche necesito que vayas conmigo a un lugar… Ahora la sorprendida soy yo, No hemos salido mas desde que comenzamos a tener relaciones, y no me lo esperaba, puesto que no deben vernos en lugares públicos. —¿A dónde? — l
(+18)Savannah Pérez —Pareces una jodida Diosa egipcia, la hija de Cleopatra o Nefertiti.Me veo en el espejo y mi hermana tiene razón, no parezco yo, sigo pensando en que todo esto es una fantasía, me apuñalaron y desperté en otra dimensión. Mi vestido es totalmente blanco impoluto, con un cinturón dorado, con detalles del mismo color y un azul turquesa, en mis brazos luzco joyas, con símbolos del tema, en mi cabeza una corona con forma de serpiente, y el maquillaje me encanta, mis ojos licen un delineado negro intenso que hace que mis ojos se vean más claros de lo que en realidad son. Mi teléfono repica y veo el nombre de burka, ni corazón salta emocionado.—Ya estoy lista — contesto de inmediato. —Te espero abajo — corta de inmediato y doy varios brincos de emoción. —Ya está aquí, debo bajar — abrazo a mi hermana — deséame suerte, estaré temprano aquí. —Anda pues, no hagas esperar al faraón — se ríe y yo niego. Bajo con una emoción nueva burbujeando dentro de mi, me encantan
(+18)Savannah Pérez Muerdo el cojín con fuerza para evitar seguir gritando, Burka me tiene amarrada de manos y en mis piernas hay un tubo que evita que la cierras, el me penetra con fuerza, siento su miembro en mi útero, su manos agarran mi cabello y me alza el rostro. —No te silencies, quiero escucharte mientras te follo — me grita y yo le correspondo. Estamos en una habitación privada, después de beber un par de tragos más, tocarme delante de todos sin mostrar mi cuerpo, me trajo prácticamente arrastras. Pude relajarme y corresponderle al ver que solo estábamos nosotros. Mi mascara ha desaparecido, siento mi rostro mojado de sudor, de pronto siento algo frío y gelatinoso en mi entrada trasera, mi cuerpo se pondrá algo rígido, aún no me acostumbro a su invasión en mi vagina, no me quiero imaginar lo que me va doler si me folla por ahí.—Burka — digo con voz suplicante. —Solo te preparo, hoy no pasará, Pero pronto. Siento una punzada cuando me introduce algo y me giro para ver
Burka Arslan Me quedo con las ganas de seguir en la faena con Savannah, sin embargo llegó a mi departamento satisfecho por el acto, cada día me gusta más, me fascina como se deja llevar, como se deja hacer, como su cuerpo reacciona ante mi tacto, ante mis caricias y mis besos, como ya no es tan tímida, ser solo quien la ha tocado me pone al límite. Entro a mi habitación y me freno al ver un bulto en mi cama, he encendido la luz, por lo tanto se remueve. —Liébana, ¿Qué carajos haces aquí? — mi voz retumba entre las cuatro paredes, ella se acomoda y me da la cara, me observa con los ojos abiertos de arriba abajo. —Tu, tu madre — se sienta aún observandome — ¿Dónde estabas? —No es tu maldito problema, ¿ haces aquí? — paso la mano por mi rostro exasperado. —Tu madre logro que me dejarán entrar, dijo que aceptarías el trato y que lo intentaríamos por el siguiente año… así que aquí estoy — la sabana cae y su cuerpo desnudo queda a la vista. —Aun no he aceptado ningún puto trato conti
Savannah Pérez —Te mandaré para el pasaje para que vayas a conocer en lo que esté mucho más estable, es un lugar hermoso, totalmente distinto a esto, a América, no se parece en nada, ya verás y... Podrías plantearte vivír allá conmigo, no se… dependiendo de cómo fluya todo — suspiro, se exactamente a lo que se refiere.—Lo pensaré en cuanto tenga el titulo, eso me ayudara a conseguir un puesto mejor para trabajar, solo son tres años, aunque lo de visitarte si te tomo la palabra hermana, claro que me encantaría conocer Rusia, jamás pensé conocer estados unidos, y gracias a ti estoy aquí…. Estamos en el aeropuerto esperando que llame su vuelo, las horas pasaron demasiado rápido, no me parece suficiente.—Me alegro que estés bien y que ese mal nacido no haya logrado su objetivo, estaré tranquila cuando esté tras la rejas. —Ya casi no pienso en eso, gracias a Burka estoy segura. —Ese hombre siente algo más que deseo por ti, Pero está casado…. — me encojo de hombros, antes era algo que