Capítulo 9: Dime que te aleje de mí
La habitación era un espacio cerrado, pero no era el tamaño lo que hacía que el aire se sintiera insuficiente.
Era él.
Era la forma en que su presencia consumía cada rincón, cada sonido, cada pensamiento de Violet.
Adrián permanecía justo frente a ella, con una calma cruel, con la certeza de que no tenía que hacer nada más que estar allí para ganar.
Porque ya había ganado.
Porque ella no se había movido.
Porque su cuerpo aún ardía por el roce de sus dedos.
Porque el silencio entre ellos decía más que cualquier palabra.
La lógica le gritaba que retrocediera.
Que se alejara.
Que entendiera que esto no era solo peligroso.
Era una caída.
Un abismo.
Uno del que no iba a poder salir si daba el siguiente paso.
Pero Violet no se movió.
Adrián exhaló apenas, y su mirada gris se mantuvo sobre ella, intensa, calculadora.
—Dime que te aleje de mí —susurró.
La presión en su pecho aumentó.
Debería haberlo dicho.
Debería haberlo gritado.
Pero el problema no era qu