Capítulo 22: No es justo
El auto olía a humedad, a tierra mojada y a ese aroma que tenía el encierro prolongado después de una jornada agotadora. Alexander había salido tarde de la base. Las reuniones se habían alargado más de lo esperado y su cabeza seguía enredada en mapas tácticos, coordenadas y estrategias que aún no eran oficiales.
Pero su corazón estaba en otro lugar.
Se detuvo en una pequeña pastelería cerca de la avenida principal. Entró sin decir mucho, escogió la tarta de mango que ella siempre elegía cuando salían juntos… cuando aún lo hacían. A último momento, agarró un ramo de lirios blancos—sabía que eran sus favoritos—y lo llevó todo hasta el auto.
Bien, estaba listo para volver a casa.
Pero entonces, el celular vibró sobre el asiento del copiloto.
"Foto recibida de: Carlos U. (Facultad de Ciencias)"
Alexander frunció el ceño. Desbloqueó la pantalla y la imagen tardó un segundo de más en cargar.
Ahí estaba Violet. Subiendo a una camioneta negra. Sola. No parecía percata