—¡Edward!—dijo con su voz temblorosa, al darse cuenta de quien se estaba casando con otra mujer, era su amado novio. Es su boda, pero la novia no es ella. —¿Por qué? —Recuerdas hace nueve meses, cuando debías llegar a la iglesia ¿recuerdas a Maximilien Archer? —No—Amelia quiso desfallecer —¡No! ¿De qué estás hablando? —Yo nunca te he amado Amelia, ni siquiera soy Edward Campbell, soy Maximilien Archer, y si me voy a casar, pero no contigo. Amelia sintió un escalofrío que recorrió su ser, sus piernas empezaron a temblar, y palidecer. Resultó que todo fue una venganza. <<Esto no es cierto, no, no lo es>> —Seguridad, ¡saquen a esta mujer! la boda debe continuar.
Ler maisLa brisa de la tarde jugaba con el vestido de Amelia mientras caminaba por el jardín de rosas de su mansión.
Las flores despedían un perfume embriagador y las risas de los niños jugando en el césped llenaban el aire.
La elegante casa colonial que se alzaba detrás de ella parecía un castillo de ensueño, y lo era, en todos los sentidos.
Ella era Amelia Hastings, heredera de una de las fortunas más grandes de la nación, y esta era su vida: un cuento de hadas hecho realidad.
Las revistas de sociedad se habían rendido ante su belleza y elegancia, y su fortuna la había convertido en la envidia de todos.
Pero Amelia deseaba algo más, deseaba el matrimonio. Deseaba encontrar un amor verdadero, que no la quisiera por su fortuna, sino por quien era ella en realidad.
Y entonces, llegó la noticia que cambiaría su vida para siempre.
Su padre, el poderoso magnate de las finanzas Charles Hastings, había concebido un plan audaz para asegurar el futuro de la familia y la fortuna.
Un matrimonio por contrato con uno de los “solteros” más codiciados y enigmáticos del país.
Sin embargo, Amelia sabía que ese acuerdo matrimonial no era más que un trato de negocios, y eso si que la frustraba, pues nunca había visto ni siquiera por primera vez a aquel hombre con el que estaba a punto de casarse.
—Padre, te juro que no puedo hacerlo ¿Quién en sus cinco sentidos se casa sin conocer al novio? —Amelia se sentó en la silla de al lado de su padre, estaba hecha un mar de frustración.
—Tienes que hacerlo Amelia, es un hombre con demasiado prestigio, la unión de nuestros apellidos hará que nuestro emporio crezca mucho más, serás la envidia de todas las mujeres de la ciudad, además obtendré el puesto en la cancillería que siempre he deseado, el abuelo de Maximilien me lo concederá de inmediato ustedes se casen.
Amelia lo miró con nostalgia y se levantó de su lugar.
—¿Y a cambio de que papá? Mira a tu alrededor padre, mira nada más todo lo que ya tienes en tus manos, tanto poder, tanto dinero, ¿me estás cambiando por un puesto?
—No es un puesto cualquiera, pronto podría llegar a la presidencia, además salvare su empresa con una pequeña financiación que haré, lo salvaré de la quiebra, es un hecho, ya no puedes negarte mi querida Amelia, el contrato está firmado, además su apellido y el nuestro harán que ardamos de poder.
Amelia miró a su padre con demasiada ira, ella era una mujer independiente y madura, fiel creyente en el amor, y el plan de su padre era descabellado.
—¡No estoy de acuerdo papá! ni siquiera lo conozco, ¿acaso ese hombre si está de acuerdo en casarse conmigo? Si es que nunca nos hemos visto en persona, es más, no lo he visto en una sola foto ¡papá por favor!
En ese momento la madre de Amelia se asomó al jardín al escuchar los gritos de su hija.
—¿Qué está pasando aquí?
—Mamá dile a mi padre que no me quiero casar por contrato, dile por favor—la madre de Amelia agachó su cabeza avergonzada y en un hilo de voz le respondió.
—Cariño lo siento demasiado, yo no puedo hacer nada, el contrato ya está firmado, el futuro de esta familia depende de esa boda, lo siento mucho hija.
Amelia los miro a los dos, no comprendía porque sus padres se habían empeñado en esa locura, el matrimonio sería en solo tres semanas y a sus espaldas ya habían hecho todos los preparativos.
Cabizbaja se centró en sus pensamientos sin saber qué decir o hacer.
<<No puedo creer lo que me están haciendo, yo puedo decidir por sí sola, no soy tan frágil como ellos asumen>> Amelia pensó, se paró frente a sus padres y decidida los enfrentó:
—Definitivamente, me tratan como si fuera una niña, ¿se les olvida la edad que tengo? ¡Yo puedo decidir con quien casarme y con quien no!
—¡Pero no te has casado Amelia! —el padre refuto —y en nuestra familia tenemos costumbres, necesitamos que nos des nietos, que tengas una familia, un buen nombre, ¡te casas! No hay vuelta atrás.
Amelia negó con la cabeza y enojada se fue, dejando con la palabra en la boca a sus padres.
Los días pasaron más rápido para ella, el matrimonio era un hecho y el gran día había llegado.
Se miró al espejo, ya estaba vestida de novia, tenía puesto un precioso vestido hecho por un gran diseñador de la ciudad, estaba lleno de detalles y pedrería que iluminaban cada paso que ella daba, pero su cara estaba llena de una tristeza muy marcada.
Mientras tanto en la mansión Archer, Maximilien estaba dándose los últimos retoques, se miraba al espejo y se alababa a sí mismo, su belleza e ímpetu era la envidia de todos los hombres del lugar, acababa de llegar del extranjero, y aunque no conocía su prometida, la había visto en fotos cientos de veces, además, el puesto real que ella ocupaba era realmente conveniente y ni hablar de las condiciones que tenía su abuelo para poder asignarlo como el gran CEO de la más grande empresa exportadora del país, un cargo que no podía darse el lujo de perder.
—Mi amor, estás espectacular, pero no entiendo cómo es que te vas a casar con esa mujer, yo sé que todo es falso, pero no deja de lastimarme—Selene, la novia de Maximilien se abrazó a su espalda y lloró desconsolada
Maximilien se giró hacia ella, tomó su rostro con sus dos manos y le dio un apasionado beso en la boca.
—Preciosa, en cuanto se cumplan los dos años del contrato, me voy a divorciar y me casaré contigo, serás mi mujer, aunque mi familia se oponga, solamente me caso porque mi abuelo está enfermo, y prometí que cuidaría de esta familia, soy el único hombre que queda, debo sacar la cara por ellos.
—Yo no quiero seguir más en esta relación secreta, pero solamente tienes dos años Maximilien, solo dos para que tu esposa sea yo y tengamos la familia que siempre hemos querido, sí, sé que tu abuelo está enfermo, pero quiero ser yo quien ocupe el lugar de esa mujer.
Maximilien se acercó a su novia, le dio un beso en la frente, acarició sus brazos y le sonrío.
—Preciosa, será por poco tiempo, después de que maneje Archer y asociados, mi abuelo no podrá controlar nada en absoluto, quédate tranquila, además mi futura esposa se ve que es una mujer muy sumisa, no tendré problemas con ella al momento de divorciarse, no te preocupes, por eso no he querido conocerla, porque no quiero crear ningún vínculo, es más desde está noche ni siquiera dormiré a su lado, nuestra relación seguirá todo el tiempo, nada ni nadie nos va a separar, me debo solamente a ti.
La novia de Maximilien lo miró angustiada, sabía que él la amaba y estaba enamorado de ella, pero para Selene, el dinero también era muy importante, así que se sacrificaría un par de años.
Christopher, su abuelo, era un controlador empedernido, y haría hasta lo imposible por cumplir con sus objetivos, y no había nada más importante que casar a su nieto con la hija de un prestigioso empresario.
La boda de Amelia y Maximilien retumbaba en toda la ciudad, los hijos de los magnates más poderosos del sector de la exportación unirían sus vidas en una maravillosa boda, todos los hombres y mujeres envidiaban la posición en la que estaban; los medios de comunicación estaban frente a la iglesia, toda la familia de los comprometidos, amigos, conocidos, políticos y empresarios.
Todos estaban reunidos para ser testigos de una de las más grandes uniones en el país.
Unos cuantos meses más tarde—¡Me está doliendo demasiado! —Amelia sentía como sus caderas empezaban a romperse producto de las contracciones, el nacimiento de su pequeña hija Luciana había llegado, y cada minuto que pasaba se tornaba más difícil.—Cariño, resiste mi amor, ya casi llegamos al hospital, no comprendo esa absurda idea de esperar hasta lo último para dar a luz. —Maximilien conducía a toda velocidad por las abarrotadas calles, las manos le temblaban, y por su frente corrían unas cuantas perlas de sudor.—¡Tú simplemente conduce! ¡Por favor! —Los gritos de Amelia cada vez eran más fuertes, un par de cuadras más adelante, Maximilien aparcó su auto frente al hospital que estaba destinado para dar a luz a su pequeña hija.Amelia como pudo se bajó del puesto del copiloto, mientras que él, salió corriendo y trajo una silla de ruedas. La ayudo a sentar y la llevó hacia dentro, ya había un grupo de médicos que la estaban esperando, todo estaba listo para recibir a la nueva integra
Lucían seguía inconsciente, no daba ninguna señal de mejoría, los días iban pasando y aunque para Amelia y Maximilien era una situación deprimente, conservaban la esperanza de ver una ultima vez los ojos de su pequeño hijo.Pero el tiempo no solamente pasaba para el pequeño, en el vientre de Amelia, una nueva vida se estaba gestando y cada día que pasaba se hacia notar más, por lo menos, eso reconfortaba su alma.—Hoy tenemos la ecografía para saber el sexo de nuestro bebe —Amelia se recogió su cabello en una coleta y se miró al espejo.Maximilien la abrazó por la espalda y acarició su vientre, le dio un dulce beso en el cuello y miró su reflejo en el espejo.—¡Si mi amor! Que felicidad saber cuál será el sexo de nuestro bebé ¿Sabes algo Amelia? —le preguntó sin dejar de ver su reflejo en el espejo—Dime mi amor—Amelia colocó sus manos sobre el dorso de las manos de Maximilien, y entre los dos masajeaban su vientre—Te ves preciosa embarazada, tus ojos están más brillantes y tus mejil
Maximilien después de todo lo sucedido en el aeropuerto, y haber dado las declaraciones correspondientes, se fue corriendo hasta el hospital, su hijo fue internado de urgencias y era importante su presencia, aunque Amelia estaba ya con Lucían, no se sentía lo suficientemente fuerte como para llevar sola la situación.Al llegar, a su hijo ya lo tenían en cuidados intensivos, aunque había sido poco el tiempo en el que duro secuestrado, el trauma por el que tuvo que pasar sumado al mal estado de su enfermedad, complicaron por completo su salud. A tal punto que tuvo que ser inducido en coma.Amelia estaba abrazada al borde de la cama, sumergida en una profunda tristeza, pues era consciente de que el momento de despedirse de uno de sus hijos estaba pronto a llegar y eso la estaba destrozando completamente, era una sensación demasiado difícil de explicar y no sabía como manejarlo.Maximilien se acercó despacio sin hacer poco ruido, sin embargo, ella se percató de su presencia y levantó la c
Maximilien hizo todo lo que Selene le ordenó, creó acceso a sus cuentas y estaba listo para hacerla creer que se iría con ella, haría hasta lo imposible porque le regresara a su hijo, mientras tanto, la policía estaba armando el más grande operativo para poder capturarla, pues ella en su ingenuidad, pensó que con el hecho de tener a Lucían secuestrado, ya tenía todo en sus manos.—Maximilien, mi amor, es muy arriesgado exponerse a verse a solas con esa mala mujer, estoy muy nerviosa. —Amelia estaba sentada a su lado, viendo como él trataba de recuperar el control.—Amelia, te necesito fuerte mi amor, este es un momento decisivo, apenas Selene me llame y me diga la forma en la que me entregará a nuestro hijo, tú debes estar al pendiente con todo el personal médico, durante las horas que el niño no ha estado en casa, se ha dejado de tomar los medicamentos, así que necesita atención urgente.Amelia asintió con la cabeza, estaba pálida producto de los nervios.—Tengo mucho miedo, yo sé qu
Era la decima llamada que Amelia le hacía a Maximilien, no era normal que él se estuviera demorando tanto con su pequeño, ya que, por sus condiciones médicas, entre menos tiempo estuviera fuera de casa, sería mucho mejor.>Se repetía Amelia, tomó su bolso y lista para salir , por fin, él atendió su llamada.—Mi amor ¡Hasta que por fin! ¿Qué paso? ¿Por qué no me contestas? —Al otro lado de la línea, estaba Maximilien descontrolado, con los nervios de punta y sintiendo la peor de las angustias.—Cariño—le dijo con una voz suave —Tenemos un problema.—¿Qué problema? —Amelia quiso desfallecer—Lucían se desapareció, en un descuido lo deje con una enfermera, y el niño ya no está —en medio de lágrimas Maximilien tuvo que decirle las cosas, al escuchar sus palabras, un terrible dolor se posó en medio del pecho de Amelia y ni siquiera pudo musitar palabra. —Amelia, mi amor por favor, conserva la calma, ya la policía viene en camino.—Maximilien, ya voy para allá —Amel
Unos cuantos días más tardeMaximilien bajó apresurado por las escaleras de la mansión, en menos de una hora su hijo tendría una cita importante con un especialista, y se estaba haciendo tarde.—Lucían, cariño ¿Ya estás listo? —Le preguntó a su pequeño, quien asintió apenas con la cabeza—Sí…—Bueno mi amor, entonces me despido de tu madre y salimos—¿Ella puede ir con nosotros? Como siempre papi —Le preguntó el niño en un hilo de voz—No mi amor, hoy tiene que ir al colegio, es la entrega de calificaciones de Eithan, es necesario que ella vaya, yo iré solo contigo ¿Está bien?—Si—volvió a responder Lucían con una voz floja.Maximilien se fue hacia la cocina rápidamente, Amelia estaba preparando el desayuno, le gustaba atenderlos.—Mi amor, esperen, coman algo antes de irse —Sugirió Amelia—No cariño, es completamente imposible, tenemos una hora para llegar al hospital, pero te agradezco, por cierto, hoy estás más hermosa que nunca —Él la tomó por la cintura y la besó apasionado, se p
Último capítulo