Estuve reflexionando sobre el asunto. La idea que me proponía esa mujer era muy buena. Me estaba dando mi pase de salida e incluso podía pedir cualquier cosa. Además se estaba comprometiendo a destruir al enemigo que tanto quería. A cambio solo me pedía el maletín rojo. Aquel que mi padre me había dejado como seguro, quizá era una buena forma de usarlo.
Después de un momento pensando en eso, vino a mi cabeza la peor imagen. El matrimonio sabía perfectamente dónde lo habíamos dejado y aunque ellos no podían escaparse para ir por él. La novia de Estaban si que podía. Si lo que me había dicho era verdad, no dudaria en hablar con ellos.
Mi boleto de escape estaba por esfumarse al igual que mi posibilidad de irme de ahí.
Toqué la puerta con desesperación, necesitaba hablar con Esteban y pedirle que su novia no hablara con ellos.
Toqué y toqué con mucha desesperación hasta que uno de los guardias escuchó y fue hacia mi.
Abrió la puerta apuntándome con su arma para descartar cualquier posibi