Mi primera impresión fue muy buena, había una cama, la cual se veía bastante cómoda. El cuarto en general se veía lleno de paz, algo que sin duda necesitaba.
Dí el primer paso para avanzar y él me detuvo tomándome del brazo para decirme.
—En verdad me da mucho gusto que estés bien.—Parecia que había estado preocupado y que por fin se liberaba de aquella carga.—Te extrañé demasiado.
Al decir esas palabras se agachó para quedar cerca de mis labios. Yo me quedé congelada, no me hubiera imaginado que se atrevería a eso, sentirlo cerca fue muy agradable y yo también me acerqué para corresponderle. Nos dimos un beso muy corto pero que significó mucho.
Después de eso ambos cerramos los ojos, fue un momento mágico que tuvo que terminar.
Él me sonrío y dió un paso hacia atrás, yo camine hacia enfrente después de dar la media vuelta para cerrar la puerta de la habitación.
Aún sentía mariposas en el estómago ese cosquilleo que te da cuando alguien querido te hace perder los pies sobre la tierra.