POV: Aslin Ventura
Ver a esa mujer pasear por la mansión como si fuera la señora de la casa me consumía por dentro.
Cinthia caminaba con paso lento y seguro, con esa falsa delicadeza en los movimientos, como si creyera que todo le pertenecía. Se acercaba a los niños con una sonrisa que me erizaba la piel, como si quisiera suplantarme. Como si ya lo estuviera haciendo.
Esa mañana los niños se habían quedado en el jardín. Jugaban entre risas mientras yo los observaba desde la terraza con una taza de té fría entre las manos. Les sonreía para que no notaran lo que llevaba por dentro: una mezcla de rabia, impotencia y tristeza que se me atoraban en el pecho como espinas.
Le había dicho a Carttal incontables veces que no me gustaba esa mujer, que no confiaba en ella, que sentía algo oscuro detrás de esa cara de mártir. Pero él insistía. Decía que aquí, en la residencia, estábamos más seguros. Que no podía arriesgarse a sacarme de nuevo después de todo lo que había pasado.
Yo sabía que él m