Charlotte sonrió por un recuerdo, fue el primer castigo que Damián le dio por hacerle un favor, que resultó ser placentero para ambos.
— Parece que lo que recordaste te encantó —dijo Sasha, tocando su brazo—. ¿Todo bien?
— Sí. Ese fue uno de los mejores recuerdos de mi vida —murmuró—. Quiero ver a mi alfa, es lo único bueno que me queda en esta vida, y también a mi hijo…
— Mierda, escóndete —mandó Sasha, empujándola hacia la columna para taparlas a ambas.
— Ya estoy en el pasillo, y no la veo por ningún lado —habló por el radio.
— Pues búscala bien, e