Capítulo 256
Cuando Andrés llegó a la Mansión Gómez, Julia ya estaba dormida. Entró a la habitación y se sentó junto a la cama, apartando el cabello largo de Julia para ver su rostro. La mejilla derecha estaba hinchada y aún no se había aplicado ninguna medicina. Frunciendo el ceño, se levantó para buscar una pomada y se la aplicó suavemente en la mejilla.

Julia, adormilada, intentó limpiarse la cara pero Andrés la detuvo. —No te la quites.

Julia despertó y lo primero que vio fue el rostro apuesto de Andrés, cada rasgo tan perfecto que parecía esculpido. Se quedó mirándolo embobada por un momento, sin saber cómo reaccionar.

Andrés sonrió levemente. —Duerme bien y no te toques la cara. Acabo de ponerte medicina, no la vayas a estropear.

—¿Qué haces aquí?—preguntó Julia.

—Sabía que no te pondrías la medicina, así que vine a asegurarme.— Bajo la luz tenue, su voz y su mirada eran suaves.

Julia sintió un nudo en la garganta. Aunque se había propuesto olvidarlo, cuando él era amable con ella no podía ev
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