Narra Kate
Han pasado dos meses y Scott y yo nos dimos una semana de luna de miel, ya que con los “problemas” y mi embarazo, era imposible, pero al fin nos podíamos dar nuestro tiempo a solas. También me encuentro muy feliz, porque al fin pude conocer a papá como de debía pasar. Además, mis padres tienen planes de casarse, al parecer mi abuelo ya dio su brazo a torcer y eso realmente me alegra.
—No te preocupes, que yo y Miranda, cuidaremos bien de tu angelito. —Dice mi madre con una sonrisa.
—Gracias mami. —Nos abrazamos y también me despido de mi suegra.
Scott me toma de la mano y salimos de la casa. Sin embargo, hay algo que no me gusta y no me deja tranquila.
—¿Todo bien, cielo? —Me pregunta mi esposo, debe intuirlo también.
—Y si mejor no vamos. Tengo miedo de que algo pase, mientras no estamos. —Digo y él me abraza.
—Tranquila, mi cielo. Tenemos personal de seguridad muy bien capacitada. —Y eso es verdad.
—Aun así. —Me acomodo en su pecho para tratar de no pensar en eso, además,