Estrella se acercó corriendo.
— Mi Reina, dame a la princesa, yo la cuidaré.
Negué con la cabeza.
— Muchas gracias Estrella, pero no será necesario.
Miré a la humana que me abrazaba con miedo.
— Hola Laida, cuánto tiempo. Somos... bueno, no es fácil de contar. El resumen es que todas las leyendas de la mitología son reales y ahora mismo estás viendo una reunión.
— ¿Mi... mitología? ¿Con dioses, vampiros y todo eso?
— Sí.
— ¿Y cómo son los vampiros?
Me reí.
— No lo sé, aún no me he encontrado con ninguno.
— ¿Y la voz de tu cabeza? ¿Sigue ahí o ha desaparecido?
— Resulta que era mi loba. Es algo largo de explicar.
— ¿Y por qué... por qué estáis aquí?
— Unas brujas mataron a todas las personas y después hemos comprado el pueblo.
— ¿Ha... a... han muerto? — dijo Laida echándose a llorar — ¿y... y... y aaaahora... qué haaago yo? ¿Dddóoondee vvooyy aa vviiviir?
La miré con lástima.
— No te preocupes... no te preocupes. Algo haremos antes de que tengas que regresar al campamento.
— ¿Yyy