Sentí un leve mareo y trastabillé mientras parpadeaba varias veces seguidas para acostumbrarme al cambio de luz. Rápidamente unos brazos me sujetaron y me sacaron con delicadeza del círculo. Miré a Lisa que tenía un gesto de preocupación en la cara.
— ¿Estás bien, mi Reina? ¿Necesitas algo?
— Estoy bien. Ha sido el viaje, no estoy acostumbrada a estas cosas. — dije mientras Yo se deslizaba entre mis brazos y me observaba con fijeza. Los primeros lobos empezaban a aparecer a través del círculo.
— No deberíasss esssforzzzarte tanto, mi Reina. Sssería masss ssseguro que te hubierasss quedado en casssa.
— No voy a quedarme en casa en el rescate de mi madre y mi pareja. Me quedaré al margen por el bienestar de mi bebé, pero si se pone mal la situación, no dudaré en entrar a la batalla.
— Eso no será necesario, cumpliremos con nuestro papel, todos. — dijo Alfred que había llegado unos segundos después que yo. Le miré y asentí con la cabeza.
— Eso espero... eso espero.
Poco a poco, la mayor