Capítulo 36.
El firme golpeteo de mi puerta me sacó brevemente de mi fiesta de autocompasión.
-Lárgate, Cole.
-No soy Cole, definitivamente yo no apesto a árbol de niña.
Esa voz me hizo levantar la cabeza de mi almohada y correr hasta la puerta para abrirla de un tirón.
Ahí, bajo el suave resplandor de las antorchas del pasillo estaba la pelirroja más mortífera que había conocido en mi vida.
-¡Savanah!- Dije arrojándome a sus brazos y ella me devolvió el abrazo riendo- ¿Cómo?
-Me contó un pajarito que había otro pajarito siendo idiota. ¿Quieres hablar sobre eso?- Preguntó arqueando una ceja.
-No es que esté siendo idiota- Dije dando un suspiro resignado mientras la invitaba a pasar- Si soy honesta conmigo misma, entiendo por qué lo hizo. Es solo que mi vida ha sido una montaña rusa desde que conocí a ciertos gemelos y parece que no puedo bajar. Eso me pone un poco irritable.
-Puedes contarme los detalles cuando hagamos un saqueo a los vinos más finos de este lugar- Dijo con una sonrisa maliciosa.