Marcus:

Cuando abrí los ojos, temprano esa mañana, lo primero que hice fue mirar si, como es a mi entender, una muy mala costumbre de mi mujer siempre que tenemos estos encuentros, me había abandonado en medio de la noche, y recibí una agradable sorpresa, aún estaba allí, entre mis brazos, durmiendo bellamente relajada, haciendo que mi corazón aleteara de amor por ella.

Mi mente comenzó a imaginar la idea de despertar juntos cada día de nuestra vida, y esa imagen que se formó en mi mente, hizo que el aleteo se intensificara provocado por la felicidad, y el amor que siento por ella.

Estaba tan concentrado recorriendo con mis ojos la bella visión que tenía entre mis brazos, que hasta me molestó que mi movil sonara en ese momento, vibrando sobre la mesa de noche. Con cuidado, tratando que la bella durmiente de Marilyn, no se despertara, lo tomé con disgusto.

-” ¿Por qué me molestan a estas horas?”- dije con indignación clara, pero en susurros, para evitar despertar a Daisy, al jefe