Capítulo 34: Una tregua entre enemigas.
Daisy.
-” Imposible, esta señorita no puede ser la malcriada, y creída de Daisy Lascalles.”- oí que decía Amelia Miller, con mayor sorpresa, aún sin apenas creerlo.
La verdad es que había cambiado mucho, mi pelo ya no era tan intensamente rubio, no se había recuperado de la locura que hice con el estúpido tinte, ya no era un rubio claro, era más bien un rubio dorado, aunque daba igual el color que tuviera, rara vez solía tenerlo suelto, casi siempre lo llevaba recogió en un moño alto, tipo profesora solterona de instituto, bueno ese es el nombre que Bea le había puesto a mi peinado.
La fiesta de ayer fue el primer día, en casi tres semanas, que me lo había soltado, y no por propia voluntad, sino por exigencias de mi insistente estilista, vamos Bea insistió en que, con mi atuendo de diosa egipcia, sólo quedaba el pelo suelto, y lacio.
Si a eso añadimos, mis gafas de vista de montura metálica, de color dorado, la ausencia de maquillaje, los vaqueros desgastados, que, pese a su aspe