Marcus.

Definitivamente, este es el encuentro sexual más excitante, perturbador, y estimulante que he tenido en mi vida, por lo menos hasta ahora. Quizás fuera motivado porque ambos desconocíamos la identidad del otro, ni siquiera sabíamos cómo era nuestras caras, desde luego, esa diosa sabía cómo estimular a un hombre, hasta el punto, de volverlo loco de deseo.

La forma en que me acariciaba en la oscuridad con autentica curiosidad, el tacto de sus labios en mi piel, mientras, yo intentaba controlar mi instinto sexual, delante de ella semidesnudo, sintiendo como esté, me empujaba a poseerla sin control, fue el detonante que hizo que yo la tumbarla sobre la cama, para beber de sus labios sin control, sujetando sus muñecas sobre la cabeza.

Traté de deshacerme de su antifaz, antes de desnudarla, pero ella me agarró las manos, evitándolo, no es que fuera a ver mucho, prácticamente estábamos entre sombras, la oscuridad de la habitación era casi total, tampoco pronunció ninguna palabra d