Daisy.

-” Bien si tengo que elegir prefiero hacerlo yo, a saber, si esos modelos que me envías, no me pegan alguna enfermedad, en mi primera vez.”- le dije con reproche, y ella no pudo sin soltar una carcajada.

En realidad, tenía la idea de convencer al hombre de esa noche de que sólo beber, y comer en abundancia en la suite a cargo de esas tres malditas, pero nada más, ya que a no ser que pusieran cámaras en la suite, esas tres no podía saber que no habían conseguido su objetivo, por ahora, ante la presión, esa era la única solución que se me ocurría.

-” ¡Oye! ¡¿Qué respuesta es esa?! ¡Maldita reina de hielo! ... Primero, no tenemos tan mal gusto, mi Oliver es un hombre muy deseable, y atractivo, aún tengo que advertir con la mirada a las mujeres que se olviden, que ya está casado, cuando las veo devorándolo con la mirada. Segundo, yo sola no elegiría a esos modelos, te recuerdo que esta idea no es exclusivamente mía, Carlota y Beatriz viven entre actores y modelos, te aseguro si d