Capítulo 28.
AMARA CORTÉS.
Me quedo estudiando toda la noche. He dormido solo tres horas y parezco un zombie.
Recojo todo, me doy un baño y bajo a desayunar. No he recibido ningún mensaje de Aaron desde anoche, me preocupa que su situación con sus padres haya empeorado.
— Buenos días Amara, no tienes buena cara. —Gracias abuelo, no lo sabía.
Sonrío hipócritamente.
— Es que he estado estudiando toda la noche y he dormido solo tres horas. —Le doy un mordisco a la tostada.
— Amara, hija ¿Puedes venir? —Pregunta mi madre desde la cocina.
Bajo la mirada fulminante de mi abuelo, camino hasta la cocina y cierro la puerta.
— ¿Qué pasa ahora mamá?
— Tu abuelo está preocupado. —Explica mirando a través de los cristales de la puerta— Ha aceptado tu relación con Aaron —Me río.
— Lo ha hecho porque es hijo de su ahijado, no porque tuviera en cuenta los sentimientos de nadie o bueno, los que cree que yo tengo por Aaron.
— Piensa que estáis haciendo... —Alzo la ceja— cosas. Que os vais lejos para que nadie