PAPÁ CEO: 31. La seguridad de mi hijo y Alexia me importan más
— Señor, antes de subir necesito que vea esto — dijo Barroso al girarse, todavía frente al volante. Y se giró para entregarle su móvil con una grabación.
— ¿Qué es? En este momento no estoy…
— Señor, es importante, por favor mire.
El CEO se aflojó el nudo de la corbata y suspiró hastiado antes de tomar el aparato y reproducir el video de varias tomas. Su ceño se frunció a medida que pasaban los segundos.
— ¿Qué carajos, Barroso? — alzó la vista, atravesándolo con la mirada — ¿Cómo diablos la hija de Margot hizo todo esto frente a nuestras narices?
— Disculpe, señor, esto es mi culpa. Debí investigar a la cada persona que tenía acceso a su vida, pero como Margot estaba limpia, no creí que su hija… — suspiró hondo, negando por su fallo.
— Subamos, esto se tiene que resolver ahora mismo — espetó seriamente antes de bajar.
Lili, esa jovencita de entre dieciocho y veinte años, la había visto apenas unas cuantas veces cuando visitaba a su madre en el pent-house, ya sea antes o después