Capítulo 62. ¿Por qué te pusiste tan hermosa hoy?
En una de esas mesas más exclusivas del lujoso restaurante, tres figuras conversan animadamente: Isabella, Megan y Bruno Larsson. Las amigas no dejan de reír, mientras Bruno las observa.
Desde la entrada, Blas lanza una mirada de costado a su jefe. Su postura rígida, las mandíbulas tensas y la forma en que sus ojos están fijos en la mesa cerca del ventanal lo delatan.
—¿Desea entrar a saludarlos, señor? —pregunta con cuidado, como tanteando un campo minado.
Benedict lo mira, lento, girando apenas el rostro. Su mirada es de acero.
—No.
Aunque sus labios dicen una cosa, sus pies comienzan a moverse. Entra en el restaurante, fingiendo indiferencia, mientras la furia contenida le late en las sienes. Camina con paso firme hacia las escaleras y sube hasta una cabina privada en el segundo nivel, desde donde tiene perfecta visión de su esposa y los hermanos que la acompañan.
Se sienta y hace una señal al mozo para que le sirva un café. Este lo hace de inmediato, pero la vista de Benedict no s