Capítulo 61. Aura tranquila
El esbelto cuerpo de Isabella está envuelto en un vestido verde claro, de tela suave y caída elegante. El diseño es sobrio, pero cada costura parece pensada para resaltar la delicadeza de su figura. El tono del vestido contrasta con la tersa blancura de su piel, con el brillo oscuro de su cabello suelto y los ojos grandes que parpadean con dulzura. Es una belleza que no se esfuerza, una hermosura sencilla, sin artificios, sin adornos exagerados. Es diferente, muy diferente a las mujeres que Bruno está acostumbrado a ver cerca de él. Mujeres que no se despegan de su lado, siempre ataviadas con maquillaje pesado, perfumes empalagosos y vestidos tan cortos que dejan poco a la imaginación.
Ahora entiende mejor a su hermana. Megan, aunque ella sí se maquilla y elige vestidos más vistosos —en tonos rosados o con volados—, tampoco es una mujer que se exhiba demasiado; siempre mantiene un toque recatado. Hay algo en común entre ambas que le llama la atención. Un aura tranquila, femenina, sin