Capítulo 44. ¡Nunca!
—Buenos días, señor Arrabal. Espero que no le moleste que haya venido a visitar a Alessia en la empresa donde trabaja —dice Alessia fingiendo ser Isabella—. Como ella y yo somos muy unidas, quise venir a ver cómo es el ambiente aquí.
Isabella, detrás de ella, frunce el ceño ante su comentario. ¿Qué diantres pretende mintiendo de esa forma? ¿Qué quiere lograr viniendo hasta aquí?
Alessia entra y empieza a mirar con asombro el hermoso y elegante sitio. Nunca antes había estado en un lugar como este. Aquí todo huele a mucho dinero y poder. Le encanta.
—Bueno, ya viste lo que querías ver —interviene Isabella acercándose a ella—. Ahora, por favor, salgamos de aquí porque Benedict está ocupado. Tiene una junta importante dentro de unas horas.
—No me molesta que esté aquí un rato —dice Benedict dejando sorprendida a Isabella—. Si quiere quedarse, puede hacerlo. Trae café para los dos.
El rostro de Isabella se torna pálido. Cuando su mirada se encuentra con la de su esposo, este le dedica un