—¡Maldita zorraaaa! ¿Cómo te atreviste a hacerme eso? ¡Eres una estúpida! ¡Desgraciada! —grita Ana, furiosa por el vuelco de la situación. Se lanza encima de Isabella, pero no consigue agarrarla porque ella se quita justo a tiempo.
—¿Qué sucede aquí? —La voz barítona de Benedict produce un alivio instantáneo en Isabella, mientras que Ana comienza a llorar y gritar como una desquiciada.
—Esa maldita me manchó, derramó el vino en mi vestido —se queja. Su tono agudo hace que Benedict frunza el ceño—. Es un diseño exclusivo de Catalina. Vale miles, Ben. Tiene que pagarlo.
—No es para tanto. Estás haciendo un escándalo por un tonto vestido. Estoy seguro de que tienes cientos de ellos en tu armario a los que ni siquiera volteas a ver.
El comentario de Benedic