Capítulo 16. Su salud no es nada buena
Benedict suspira de forma pesada al ver a su esposa en el piso. ¿Esta maldita mujer se atreve a fingir un desmayo para conseguir lo que quiere?
—¿Desea que la cargue hasta la sala, jefe? —pregunta Blas, y se agacha para mirar a Isabella. Benedict se voltea a verlo, ni siquiera se había dado cuenta de que él los siguió al salir de la mansión.
—Déjala, yo mismo lo haré —responde tosco.
—Isabella… Levántate de una vez, no sirve de nada que hagas este espectáculo.
Al no recibir ninguna respuesta, también se agacha y verifica su estado. No sabe por qué, pero por un momento pensó que ella estaba fingiendo. Al notar la raspadura en su frente y la sangre que sale de su herida, se da cuenta de que no es así.
—Creo que ella realmente perdió el conocimiento, jefe —dice Blas y señala su herida.
Benedict la toma en brazos y sube las escaleras con cuidado. Ella es tan liviana que no representa ningún esfuerzo para él. Al llegar al piso correspondiente, la doctora, que ya los había atendido las ot