Bella se sienta en una de las cabeceras, con Megan enfrente y los mellizos al costado de ellas. Los niños hablan animadamente, llenos de entusiasmo por su primer día de clases, contando todo lo que hicieron. Bella solo asiente y sonríe, atenta a cada gesto de sus hijos, aunque algo le impide entregarse por completo al momento. Hay una tensión en su postura, casi imperceptible, pero real.
Benedict la observa desde el salón contiguo, separado solo por una pared de cristal. Ve cómo ríe, cómo se mueve, cómo Bella acomoda distraídamente su cabello detrás de su oreja. Se pierde en esa imagen, como si necesitara grabarla en su memoria. La ha extrañado tanto estos días que terminó todos sus compromisos antes de lo previsto, solo para regresar antes. Pero ahora que la tiene a escasos metros, está en esta reuni&o