John le pidió a Anette, que se comunicara con Matt, necesitaba hablar con él y dejar en claro que no permitiría ningún tipo de situación que pudiese afectar a su hija.
Matt llegó minutos después a la oficina de su jefe. Lily, lo hizo pasar luego de anunciarlo. El guardaespaldas entró a la oficina de John.
—Buenas tardes señor. ¿Me mandó a llamar?
—Sí, Matt.
—Dígame qué se le ofrece.
—¿Dónde estuviste ayer?
Matt no sabe que hacer, decirle la verdad implicaría tener que enfrentar lo que siente por Madie; no hacerlo resultaría cobardía de su parte. Respira profundamente y responde a riesgo de perder todo:
—Estuve con su hija, en Catskill Mountain.
—¿Qué carajos te has creido? —se levanta iracundo y golpea el escritorio.— Estás despedido.
—Déjeme explicarle por favor.
—¿Qué me vas a explicar? Que te metiste con lo único más sagrado que tengo en la vida.
—Señor, amo a su hija.
—¿Qué estupideces, dices? Te vas a alejar de mi hija o te voy a destruir Cavalini.
—Si tengo que enfre