Veo cómo Rik se da la vuelta y se va a la casa de la mamada. Siento que parte de mi corazón se va con él. Lo observo hasta que ya no puedo verlo más antes de girarme hacia mi casa y Liam.
"Liam", le digo de nuevo. Su sonrisa representa un saludo de bienvenida y entonces camino hacia él y le doy un abrazo.
"Así que, tú y Rik, ¿eh? ¿Qué pasó con lo de esperarme?".
Le doy una palmada en el pecho. "Sí, Rik y yo estamos saliendo. Y no es que sea asunto tuyo, pero ha sido todo un caballero con mis límites".
"¿Tus límites? ¿Es por eso que su olor está por todas partes en ti y en tu casa?".
"¿Viniste a interrogarme, Liam?", pregunto, con los nervios a flor de piel. Él no ha estado por aquí y no tiene derecho a hacerme estas preguntas.
"No. Es sólo que no esperaba venir aquí y olerlo por todas partes. Ni siquiera huelo a tu padre, sólo a ustedes dos y eso me desconcertó. Te pido disculpas. ¿Podemos empezar de nuevo?".
Le sonrío. "Por supuesto. Pasa. ¿Tienes hambre? Ya comí pero puedo pre