Cuando veo la mirada airada de Alfa Denzel, me quedo absorta en la tormenta que se lee en sus ojos. Sus preciosos ojos claros, normalmente pacíficos, se han vuelto turbulentos, y puedo ver reflejados en ellos millones de sentimientos. Y ésto me extraña, porque aunque él es mi Alfa, y entiendo que no desee presenciar esta clase de escenas, se está comportando como si yo fuera su Luna, y me hubiera encontrado en brazos de otro.
Me levanto como un resorte, dejando a Albert sentado, y con su erección perfectamente marcada en su pantalón, que él ni siquiera intenta disimular. Trato de ponerme la blusa, pero me apresuro demasiado, y solo consigo abrochar la mitad de los botones, dejando los pechos y el estómago parcialmente visibles. Mis senos, libres de la cárcel del sostén se bambolean mientras yo hago lo posible por cubrirlos, y puedo sentir la mirada de Alfa Denzel paseando por mi piel desnuda.