Y al final...
Capítulo 78 —Color cenizaNarrador:La mañana había sido pesada, pero Desirée intentaba mantener el foco. Estaba revisando informes periciales cuando su secretaria le habló por el interno.—Doctora Duval, el doctor Villagrán está aquí. Pregunta si puede pasar.Desirée alzó la vista, sorprendida.—Sí, hazlo pasar.Unos segundos después, Samuel Villagrán entró en la oficina. Llevaba su traje impecable, el maletín en una mano y esa sonrisa cordial que lo había acompañado desde los tiempos universitarios.—Hola, Desirée.—Hola, Samuel —respondió ella, indicándole el asiento frente al escritorio —¿A qué se debe la visita?—Primero que nada, quería saber cómo estás. Si ya te dieron los resultados definitivos.Desirée bajó un poco la mirada.—Sí, ya me los dieron y fueron positivos.—¿Y cómo te sientes?Ella tardó un segundo en responder.—Todavía no lo sé..Samuel asintió con respeto.—Bueno... me alegra al menos que tengas la certeza, ya luego decidirás que hacer con ella. Y ahora, lo otro
Capítulo 79 —SoledadNarrador:Adrien entró a la oficina sin anunciarse. Conocía el horario. Sabía que, a esas alturas, Cédric aún estaría ahí, rodeado de expedientes, informes quirúrgicos y ese silencio espeso que parecía haberse instalado con él desde que firmó el maldito documento.Lo encontró tal cual imaginaba: encorvado sobre el escritorio, bata médica abierta, camisa arrugada y una mirada clavada en la pantalla, aunque era evidente que no estaba leyendo.—¿Desde qué hora estás aquí? —preguntó Adrien, cerrando la puerta tras de sí.Cédric desvió la vista apenas.—Desde antes de que saliera el sol. Y si todo sigue igual, me iré cuando vuelva a salir.—¿Estás operando por la noche?—Estoy operando cuando es necesario. Y cuando no, estoy firmando autorizaciones, revisando protocolos, entrenando residentes. Lo que sea, mientras me mantenga ocupado, sirve.Adrien se acercó, arrastró una silla y se sentó frente a él.—No puedes vivir así, Cédric.—¿Y cómo quieres que viva? —respondió s
Capítulo 80 —La primera charlaNarrador:Cédric tomó la copa de vino que tenía frente a él, la giró con suavidad entre los dedos y luego se recostó en la silla, sin dejar de mirarla.—Tendrías que haber aprovechado cuando ella estuvo aquí —dijo con calma— y haberle contado la verdad.Charlotte levantó lentamente la mirada, sin sorpresa, como si hubiera esperado esas palabras.—No. Me cerré por completo. Estaba convencida de que nunca me creería. Y preferí evitar ese trago amargo.Cédric apoyó la copa sobre la mesa, sin apuro.—Sigo pensando que fue una tontería.Ella alzó una ceja.—Tal vez lo fue. Pero... —suspiró —lo que pasó la hizo convertirse en quien es hoy. En esa mujer fuerte, brillante, implacable. Y sí, estoy orgullosa de ella. Mucho más de lo que soy capaz de decirle.Cédric asintió con un gesto casi imperceptible.—Bueno, es tu decisión. Y, al final, es tu vida.Estaba por levantarse cuando la voz de Charlotte lo detuvo.—¿Mi vida, Cédric? ¿O mi muerte?Él se giró hacia ell
Capítulo 81 —VistoNarrador:Cédric seguía con el celular en la mano. La luz tenue del velador dibujaba sombras suaves sobre su rostro. Su pulgar flotaba sobre la pantalla, como si cualquier movimiento pudiera ser un error o una salvación.El nombre seguía ahí: Desirée Duval. Ya no estaba bloqueado.Y eso, aunque mínimo, lo cambió todo. No lo esperaba, no esa noche, no en ese momento. Había dejado de esperarlo, en realidad. Y sin embargo, ahí estaba.Se incorporó un poco en la cama. Respiró hondo. Abrió la ventana del chat. El historial marcaba que sus audios aún estaban sin ser escuchados, pensó en eliminarlos por que dolía saber que ella ni había reparado en ellos, sin embargo no lo hizo.Tecleó... borró... tecleó otra vez... dudó. Hasta que finalmente escribió algo.Algo que no pedía, no reclamaba, no explicaba. Solo… estaba:“No sé por qué me desbloqueaste, pero gracias. Espero que estés bien. Solo eso.”Lo leyó tres veces. Lo dejó reposar en la pantalla. Y entonces, lo envió.Desp
Capítulo 82 —RespiraNarrador:La mañana en la Fiscalía había empezado con un silencio espeso y una cafetera rota. Desirée ya no necesitaba café; el embarazo se encargaba de devolverle todo lo que osara tragar. Margot había salido a buscar un té de jengibre, mientras ella se aferraba al borde del escritorio, jadeando, con la frente sudada y un nudo en el estómago que no daba tregua. El vómito le ardía en la garganta y las piernas le temblaban. Desirée sostenía la cabeza sobre el basurero del despacho, una mano aferrada al escritorio y la otra sujetándose el vientre con fuerza. El aire olía a papel viejo y náusea, y lo único que deseaba era que Margot llegara de una mal*dita vez con ese té de jengibre. Pero en vez de su amiga, fue Samuel quien apareció en la puerta.—¿Desirée?Ella apenas giró el rostro, aún agachada junto al tacho de basura donde acababa de vomitar. Estaba pálida, con los ojos entrecerrados y una mano en el abdomen.—Carajo... —murmuró él, dando un paso al frente —¿Es
Capítulo 1 —Una despedida de soltero cualquieraNarrador:La música vibraba en el suelo y las luces danzaban como llamas entre la multitud. Ella entró al club nocturno junto a sus amigas, después de una larga semana en la oficina. No esperaba nada fuera de lo común. Solo quería beber algo fuerte, bailar un poco y olvidar que su vida estaba completamente programada.Tenía veinticuatro años, era abogada, decidida, con una belleza que llamaba la atención sin que lo buscara. Llevaba un vestido negro que marcaba sus curvas con la elegancia justa para destacar, pero no parecer desesperada por hacerlo.—Mira allá —murmuró una de sus amigas —Un grupo de hombres celebrando. Parece una despedida de soltero.—¿Cuál será el afortunado? —preguntó otra con una sonrisa maliciosa.Ella los observó. No se interesó en los que hacían ruido, en los que brindaban o se reían escandalosamente. Su mirada se detuvo en el hombre apartado del grupo, de pie junto a la barra. Llevaba la camisa blanca arremangada,
Capítulo 2 —Aquella nocheNarrador: El silencio en la habitación estaba roto apenas por el sonido de sus respiraciones entrecortadas. La sábana a medio cubrir, la piel húmeda, el cuerpo aún vibrando del orga*smo. Ella yacía boca arriba, con los ojos en el techo, mientras él, a su lado, seguía mirándola como si aún no pudiera creer lo que había pasado.—Aún no me has dicho tu nombre —murmuró él, con la voz grave y cargada de deseo contenido.Ella giró el rostro hacia él, con una sonrisa ladeada, aún sin aliento.—¿Y tú el tuyo?Él estiró la mano y le retiró un mechón de cabello de la frente.—Damas primero.—Lucía —dijo ella, sin pestañear.—Daniel—respondió él, después de un segundo de pausa, como si saboreara la idea de decirlo solo para ella.—Encantada, Daniel —susurró, con una sonrisa pícara —Aunque creo que ya nos conocemos bastante bien, asi que nada de apellidos.—Todavía no lo suficiente —murmuró él mientras se inclinaba sobre ella otra vez.La besó, lento al principio. Su le
Capítulo 3 —La invitaciónNarrador:El sonido de las llaves al caer sobre la mesita de entrada fue lo único que anunció su llegada. La joven cerró la puerta de su apartamento y se quitó los tacones como si le pesaran siglos. Aún tenía las mejillas encendidas y los labios sensibles. Se pasó los dedos por el cuello, allí donde él la había besado con fuerza, dejando marcas que no se borraban tan fácil.—¿Dónde demonios estabas? —preguntó su amiga Margot desde el sofá, con una taza de café en la mano y cara de curiosidad insatisfecha.Desirée soltó un suspiro mientras caminaba directo a la cocina.—No me lo vas a creer.—¿Te fuiste con uno de la despedida de soltero?Desirée se quedó en silencio, tomó una botella de agua y se la llevó a los labios. Cuando volvió a mirar a Margot, tenía una sonrisa maliciosa pintada en el rostro.—No solo me fui con él... me lo follé como si el mundo se fuera a acabar esta noche.Margot abrió los ojos como platos y se enderezó en el sofá.—¡No jodas! ¡¿Des