Capítulo 63 —Y todo cambió
Narrador:
El camino de regreso fue distinto. No dijeron nada y no hacía falta tampoco.
Caminaban uno al lado del otro, sin tomarse de la mano esta vez, pero sin alejarse tampoco. El sonido de sus pasos sobre el pasto, el canto lejano de los pájaros y el rumor leve del viento entre los árboles eran lo único que llenaba el aire.
Desirée caminaba con la mirada al frente, el ceño ligeramente fruncido, como quien aún procesaba la tormenta interna. Cédric no intentó romper el silencio. Solo la observaba de reojo de vez en cuando, atento a cada mínimo gesto, respetando su espacio sin dejar de estar cerca.
No estaban bien, pero estaban juntos. Y eso, en ellos, ya era un paso gigante.
Cuando divisaron la casa al final del sendero, Desirée dejó escapar un suspiro largo. No de cansancio, de pausa, de necesidad de volver a pisar algo sólido.
Subieron los escalones del porche sin mirarse.
Cédric abrió la puerta, y como si lo hubieran ensayado, ella entró primero.
El aire