Capítulo 38 —La pérgola
Narrador:
Margot no recordaba cómo habían terminado ahí exactamente. Un comentario al oído, una sonrisa cómplice, una copa a medio terminar… y luego estaban caminando juntos por uno de los senderos laterales del jardín, alejándose del murmullo de los demás como si los pies supieran algo que la cabeza todavía no admitía.
Adrien caminaba a su lado con las manos en los bolsillos, tranquilo, con ese andar de quien se sabe observado incluso cuando nadie lo está mirando. Margot no decía nada, pero su perfume flotaba entre ellos como una advertencia suave. La tela de su vestido neg*ro se ceñía a su cuerpo con cada paso, y él la observaba de reojo, sin pudor, pero sin urgencia.
—Pensé que ibas a hacerte el interesante toda la noche —murmuró ella, finalmente.
Adrien sonrió, sin mirarla de inmediato.
—Y arruinar la posibilidad de estar contigo… sería un crimen, aunque trato de ser bastante discreto.
—¿Así que este eres tú siendo discreto?
—Este soy yo conteniéndome —resp