206. SOLA
Ha transcurrido una semana desde que mis asistentes y mi querido Julián desaparecieron sin dejar rastro, dejándome en soledad y siendo acosada por este capitán y la criatura monstruosa que nunca se aleja de él, así como la enigmática Ángel que siempre le acompaña. Mis días se consumen entre la lectura y el trabajo en el despacho, dado que no poseo la paciencia necesaria para inventar historias para los niños.
Las hermanas me invitan constantemente a sus actividades, pero siempre encuentro excusas para no acompañarlas. Pasan el tiempo realizando excursiones por la finca, observando los animales y jugando en la nieve, ya que no ha cesado de nevar durante toda la semana. Esta constante nevada ha sumido todo en un silencio cada vez más profundo y solitario.
Cada noche, cuando la oscuridad se cierne sobre la casa, siento un escalofrío recorrer mi espina dorsal. Los ruidos comienzan, suaves al principio, pero creciendo en intensidad y frecuencia. El sonido de la criatura monstruosa paseando