Al terminar el día Emily no se separó de Noah, la presencia de Elizabeth lograba conseguir que los celos hubiesen despertado, Emily tomó a su esposo de la mano ubicándose al lado en el auto, mientras que Elizabeth se sentó frente a él y sin importar la presencia de Emily los dos se brindaban sonrisas coquetas.
Emily estaba a punto de estallar, no soportaba la manera en que Elizabeth se acercaba a su esposo, en el transcurso del camino Emily tan solo observaba como ellos disfrutaban de conversaciones ajenas al trabajo.
Al llegar a casa Emily descendió furiosa del auto, se cruzó de brazos y observó como su esposo ayudaba a Elizabeth a bajar del auto.
—Muchas gracias, tan amable como siempre —agradeció Elizabeth con un tono de voz amable.
—Es con todo gusto, bienvenida, siéntete en casa —correspondió Noah señalando la entrada principal.
Elizabeth avanzó y Emily aprovechó el espacio para acercarse a su esposo, lo tomó del brazo y con el ceño fruncido conectó la mirada con él.
—¿Qué ray