21| Tuya.
El primer impulso de Val fue salir corriendo, pero no podía, el hombre la alcanzaría de un par de zancadas. Definitivamente no tenía más opción que enfrentarlo.
Junto a la cicatriz, que comenzaba sobre el ojo derecho, atravesaba la nariz y terminaba en la mejilla derecha, había un moretón que antes no estaba y Val estuvo segura que fue por el volcamiento que ella produjo.
— ¿Qué es lo que quieres? — le preguntó y aunque no quiso, la voz le tembló.
— Mírate, te veías más valiente en el auto ayer — Val pasó saliva.
— Si quieres te hago otro morado — el hombre se recostó en la pared como si estuvieran teniendo una charla casual de dos amigos.
— Fue una buena estrategia, pero un poco arriesgada, pudiste matarte — Val se aferró a su bolsa, como si eso la protegiera.
— De todas formas, moriría, ¿No? ¿O qué me hubiera hecho tu jefe al descubrir que Ana Leticia era la otra? — Toro chasqueó la lengua y negó, como si estuviera hablando con una niña que no entendía.
— Nos desconoces, Val,