Capítulo 899
Además de las píldoras, Thomas también balanceaba un colgante ante sus ojos para hipnotizarla.

Apenas podía mantener su conciencia clara y ni podía decir siquiera dónde estaba. Incluso se olvidaba de quién era a veces.

¡Ella ya no quería volverse en una zombi sin sentido!

Thomas sonrió.

—No te preocupes. Este de aquí no robará tu conciencia, no tiene veneno.

Los labios de Sylvia permanecieron apretados.

—¿Pensé que querías irte? —él dijo.

La expresión de Sylvia cambió.

—¿Puedes dejarme ir en lugar de obligarme a comer esto?

Su sonrisa permaneció.

—Sylvia, no hay almuerzo gratis en este mundo.

—Entonces indique otra condición o término. No quiero comer esto.

—Solo tengo una condición y es esta. Tómalo y te dejaré ir.

Sylvia se quedó mirando la píldora en su mano.

Ella no quería tomarlo, pero quería escapar de él más que nada.

Después de luchar con sus pensamientos por un tiempo, preguntó de mala gana:

—¿Solo esto?

—Sólo esto y ya está suficiente.

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