Caprice levantó su cara regordeta y murmuró una respuesta.
Quizás por hambre, la pequeña no esperó a que Sherry la llevara a la mesa. Se levantó del sofá, se acercó a John y extendió los brazos, indicándole que la levantara.
John la levantó y la sentó en la silla alta.
Sherry tomó su lugar en la mesa. Siguiendo el ejemplo de Caprice, cogió los cubiertos y empezó a comer.
Después de una comida tranquila, Caprice siguió viendo dibujos animados hasta que bostezó.
Sherry acompañó a la chica cansada al dormitorio.
—Caprice, toma una siesta si tienes sueño.
A pesar de su somnolencia, Caprice se aferró a su madre y refunfuñó:
—Caprice quiere acostarse con mami.
Sherry sonrió.
—Bueno.
Sherry se metió en la cama con ella y tarareó una canción de cuna hasta que Caprice cayó en un sueño profundo.
Sherry se demoró un rato antes de arropar suavemente a la niña y salir de la habitación. Se cambió el vestido de la ceremonia de compromiso por algo informal, se puso calcetines