Madame Stockton detuvo su frase.
Al descubrir que Sherry había contratado a Mason para terminar las cosas con John, ella también se sorprendió. A pesar de que inicialmente admiró el enfoque despiadado de Sherry, su parcialidad contra Sherry prevaleció en ese momento, enterrando cualquier admiración que tuviera.
La habitación volvió a quedar en silencio.
La tez de John palideció y sus ojos mostraban signos de cansancio.
Cuando Madame Stockton finalmente encontró su intensa mirada, el miedo se apoderó de ella y la hizo retroceder. Entre lágrimas, confesó:
—John, es mi culpa. Alimenté tu odio hacia ella y los mantuve separados durante tanto tiempo. Lo lamento profundamente. Si hubiera sabido que esto sucedería, habría convencido a tu padre para que te dejara quedarte juntos.
Mientras John permanecía inmóvil, con los puños cerrados, observó el rostro ansioso y arrepentido de su madre. Él dijo:
—Entiendo. Vete.
—John, no quiero engañarte más. No quiero que albergues recue