Sylvia se dirigió a los tres niños y les dijo:
—Liam, Issy, Flint, papá y yo vamos a cenar. Pórtate bien y vete a dormir temprano esta noche. Mamá y papá probablemente volverán a casa mañana.
Flint asintió con entusiasmo y exclamó:
—¡Mm-hmm, mm-hmm! ¡Flint es un buen chico!
Isabel respondió:
—Mami, ya lo tenemos. Cenas con papá.
—Todo bien.
Sylvia sonrió y guardó su teléfono. A pesar de la fiebre, se sentía con más energía y confiaba en que mañana se recuperaría para poder regresar a casa con Odell.
Mientras tanto, en la residencia Carter, Liam, Isabel y Flint todavía estaban en la sala de juegos, absortos en sus teléfonos.
Sentado en el abrazo de Liam, Flint continuó interactuando con Odell y Sylvia en su charla.
Después de un rato, Flint miró a su hermano mayor y le preguntó:
—Hermano mayor, ¿mamá y papá se aman otra vez?
Liam reflexionó por un momento y luego hizo un sonido evasivo.
Isabel intervino:
—Por supuesto, están acaramelados otra vez.
Flint