—Entendido —respondió Sylvia, sonriendo mientras le entregaba al bebé. Tomó la mano de Isabel y salió de la habitación.
Después del partido, Sherry se ajustó la ropa y colocó suavemente al bebé contra su cuerpo, haciendo que el llanto del bebé disminuyera. Al observar las mejillas sonrosadas de su hijo y el aparente consuelo que le brindaba su cercanía, el rostro de Sherry se suavizó en una tierna sonrisa.
...
Sylvia e Isabel permanecieron en el hospital hasta pasado el mediodía. Aunque Sylvia tenía intención de quedarse dos días más, Sherry insistió en que volviera a casa. Le aseguró a Sylvia que las parteras la estaban cuidando muy bien. Dicho esto, Sylvia se fue con Isabel, planeando visitar a Sherry a la mañana siguiente.
Después de media hora de viaje, el coche tomó una curva familiar y se estacionó frente a la casa. Sylvia e Isabel bajaron del auto de la mano y entraron a la casa.
Para su sorpresa, John todavía estaba presente.
Odell y Liam, padre e hijo, estaban abs