Me había vestido sin pensar que era lo que hacía. La noticia me había caído como un balde de agua fría en invierno, por lo que, pensar, se me dificultaba.
— ¿No es una buena noticia, señora Baumann? — Pregunta la chica entregándome la blusa que de inmediato me coloco. — Lo es. Es solo que me sorprende — susurro y la chica asiente de acuerdo. — Es sorprendente como se crea vida con alguien. Es una de las magias que pocos admiran — dice la chica y yo asiento. — Quiero preguntarte esto porque quiero estar completamente segura de esto antes de decirle a mi esposo — digo y la chica asiente. — La escucho — — ¿Qué probabilidades hay de que ese ecógrafo este dañado o que te hayas confundido y no este embarazada? — pregunto y la chica sonríe.Algo que me s