Al día siguiente
La debilidad se apodera de mí mientras el mar amenaza con llevarme a sus profundidades si decido soltarme del dorso fuerte de Helmut. No sabía cuánto podía soportar, hasta que el sol que pensé que se había ocultado hace poco, aparecía anunciando que ya era un día nuevo. — Ya ha salido el sol — susurra Helmut y yo quiero alejarme de él por haber pasado toda la noche despierta teniendo sexo con él. Pero, sé que, si me alejó, terminaré siendo parte de las profundidades del mar, porque ni siquiera tengo tiempo de luchar por mi vida. — Eres alguien detestable — me limito a decir sin energía, — ¿Por qué lo dices? — pregunta alejándose un poco de mí, pero, yo me aferro a su cuerpo que es lo único firme en el agua. — Pasamos toda la noche teniendo