Lo que si debía resaltar en Albert, es que él pensaba mucho por su madre y hermana, realmente actuaba como un hombre. Como el hombre de la familia que siempre debía proteger a las mujeres.
El único problema es que quería protegerlas de mí cuando yo no les hacia algún daño y eso retrasaba bastante mi avance con él. Porque cuando se trataba de convivir con él y ser parte de sus gustos, todo era bueno, pero, cuando estaba relacionado a su madre, las cosas cambiaban y mucho.—Albert, yo no deseo robarte a tu madre, si es eso lo que piensas— digo recordando algo que me dijo mi psicólogo.Lo que digo, sorprende a Albert quien abre sus ojos demasiado grandes y después, desvía su mirada como si hubiese dicho justamente lo que pensaba. Por lo que, sonrío.—Yo no me acerque a ella porque desee hacerle daño o robarme tu amor. En realidad, si estoy us&aa