Una semana después
Cada día caminaba mejor. Las terapias físicas, aunque eran molestas, estaban dando los resultados que esperábamos. Por eso, ya no me tropezaba tanto conmigo misma e incluso, sentía que podía realizar mis demás actividades sin tanta dificultad.Lo único malo era que la memoria seguía igual. Según los especialistas, no había forma de que ellos pudieran ayudarme a recuperar la memoria de una forma más rápida. Por lo que, debíamos hacer siempre los ejercicios de memoria que muchas veces resultaban más agotadores que los físicos.—Entrega para mi madre, la amiga más querida de mi padre— dice Ariana sonriendo, mientras Albert gira sus ojos con desagrado.Para Ariana, era divertido ver como su padre todos los días me traía o enviaba un ramo con un libro y varias flores a su alrededor o un ramo con un li