LEÓNIDAS
Yo sé que esto no es un sueño porque no es nada de lo que anhelaba y los sueños estoy seguro es algo que uno quiere, sin embargo, no puedo evitar que por poco se me descuelga la mandíbula al ver a quien veo, han pasado muchos años y lo último que imaginé llegando a esta casa de la mano de mi esposa, es ver a la mujer que algún día creí que sería la mujer de mi vida.
—¿Leónidas?.
—Raquel.
Pronunció su nombre y los ojos de mi Lucian me miran con pánico, asombrada, lo reconozco porque las veces en la que hemos discutido lo ha hecho y no lo tolero ni me acostumbro, Luciana sabe quién es y por eso, su agarre se suelta del mío pero es algo que no voy a permitir, aún cuando no comprendo porque el pasado ha regresado de esta manera, a mi propia casa, porque está frente a mis ojos, no hay porque retroceder ya que me corto un dedo a qué esto no es una coincidencia y me sorprende porque de Mario no me sorprende nada… ¿Pero qué hace ella aquí?.
—Se que esto es una gran sorpresa— es